Se trata de un proyecto para el Viejo: un hombre viudo, que ronda los 60 años, y convivía con sus dos hijos adultos y dos perros. Al independizarse los hijos de la casa donde los crió, encontró que ésta era demasiado grande para los perros y él, con lo que decidió buscar nuevo alojamiento.

Dado que se aproxima a su jubilación, y sus hijos típicamente visitan durante varios días a la vez, se hizo evidente proyectar la vivienda en dos niveles separables. Así se constituyen dos viviendas independientes con baños, cocina, salas y dormitorios a nivel previniendo posibles limitaciones de movilidad relacionadas a la edad. Ambos niveles, conectadas por escaleras y rampas, sirven como vivienda para el Viejo y una propiedad de alquiler temporal cuando no tiene otros huéspedes. Esta distribución además permite incorporar una barbacoa exenta de las zonas de noche garantizando su privacidad, y facilitando un extenso asoleo natural que también permite vistas ininterrumpidas al lago vecino